Se reabre el chiringuito

Y el bucle continúa. Se acaban las vacaciones y se vuelve al trabajo, una vez más. Qué rápido han pasado éstos seis días,
qué rápido pasa el tiempo cuando se disfruta sin obligaciones...

Y aquí estoy trabajando como una hormiguita, como todo hijo de vecino, con el consciente puesto en el ordenador pero con
el subconsciente en otra parte, pensando en que debería estar en otro sitio, en otro momento... como si lo raro fuera estar aquí
y no en casa. Comer de taper otra vez en vez de tapear, y después de comer seguir sentada toda la tarde en vez de echarme una siestecica.
Pasar de estar todo el día pateando (y tapeando) ciudades a estar con el culo quieto se me hace raro-raro-raro, como bien diría el sabio Papuchi.

¿Sídrome post-vacacional?¿Con sólo seis días? ¿¿Qué será de mí en septiembre??

Encima no conseguimos ver la puñetera ranita de Salamanca y me acabo de enterar que en la Catedral había un astronauta!! Menuda birria de turistas que somos... jajaja...