A pesar de pelar las uvas y quitarles las pepitas nunca y repito, NUNCA, he conseguido comérmelas todas a tiempo. Todos los años me pongo de los nervios, las campanadas son todo un subidón de adrenalina pero no por la emoción del cambio de año, sino por el acojone que me produce el tener que engullir 12 uvas en 12 segundos, teniendo en cuenta que llegamos a ese momento más inflados que una oca en una fábrica de paté...Y si sois de los que no creéis que haya nadie tan tonto como para confundirse con los cuartos... jajaja!!!
Feliz fin de año a tod@s!! Pasarlo muy bien esta noche ya sea en casa, en la calle o de cotillón! Cuidadín con las uvas, los coches, los chupitos!!





